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El pasado 30 de septiembre, nuestros maestros y maestras vivieron la Jornada Pedagógica, reafirmando el compromiso inquebrantable con la formación integral. Entendemos que la excelencia en la enseñanza nace del corazón y se perfecciona con la innovación.

Un Viaje al Corazón: Talleres para el Ser Docente

Nuestros maestros participaron en dos talleres de alto impacto diseñados para equilibrar el desarrollo humano y la experticia profesional:

  1. Nutriendo el Alma: Taller de Gratitud y Perdón

Este espacio fundamental se centró en la esencia de nuestra vocación: educar con el corazón. El taller de Gratitud y Perdón proporcionó herramientas valiosas para el bienestar emocional y el fortalecimiento del tejido comunitario.

En la tradición Salesiana, somos llamados a crear un ambiente de familia en el aula. Practicar la gratitud nos permite reconocer y valorar la vocación de servicio, mientras que el perdón nos libera para acoger a cada estudiante y colega con la caridad que Don Bosco nos enseñó, sentando las bases de una presencia educativa que sana y transforma.

  1. Innovación en el Aula: «Explora, Crea y Transforma»

Buscando la vanguardia educativa, el segundo taller estuvo a cargo de la experta Nayibe Orjuela con su propuesta: «Explora, crea y transforma: Rutas pedagógicas para un aprendizaje activo».

Este taller práctico desafió a nuestros docentes a repensar sus metodologías, promoviendo el diseño de estrategias dinámicas y participativas. Se trata de convertir el aula en un verdadero laboratorio de ideas, donde los estudiantes no solo reciben conocimiento, sino que lo construyen, se apropian de su aprendizaje y desarrollan las competencias necesarias para el futuro.

La formación de nuestros maestros va más allá de un requisito profesional; es el motor de nuestra misión. Un educador bien formado, tanto en técnica pedagógica como en valores, encarna el Sistema Preventivo de Don Bosco. Es a través de la formación continua que nuestros docentes pueden guiar a los jóvenes con razón, religión y amorevolezza (afecto y bondad), asegurando que cada día en el Campus Don Bosco sea una oportunidad de crecimiento integral, tanto en lo académico como en lo humano.

¡Felicitamos a todos nuestros educadores por su dedicación y por llevar el espíritu de Don Bosco a la vanguardia de la educación!